El amanecer en Tegel suele ser nublado, como todos los amaneceres en la historia del mundo, piensa el teólogo al comenzar su jornada. Y mientras enjuaga su rostro en el agua sucia del lavabo, y admite sus ojeras en el gris espejo de la cárcel, entiende, muy a pesar suyo, que en este día de diciembre de 1944, la prestigiosa cátedra de dogmática luterana no lo habría de justificar en el día del Juicio.
miércoles, 18 de enero de 2012
Resistencia y sumisión
El amanecer en Tegel suele ser nublado, como todos los amaneceres en la historia del mundo, piensa el teólogo al comenzar su jornada. Y mientras enjuaga su rostro en el agua sucia del lavabo, y admite sus ojeras en el gris espejo de la cárcel, entiende, muy a pesar suyo, que en este día de diciembre de 1944, la prestigiosa cátedra de dogmática luterana no lo habría de justificar en el día del Juicio.
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