miércoles, 18 de enero de 2012

Resistencia y sumisión


El amanecer en Tegel suele ser nublado, como todos los amaneceres en la historia del mundo, piensa el teólogo al comenzar su jornada. Y mientras enjuaga su rostro en el agua sucia del lavabo, y admite sus ojeras en el gris espejo de la cárcel, entiende, muy a pesar suyo, que en este día de diciembre de 1944, la prestigiosa cátedra de dogmática luterana no lo habría de justificar en el día del Juicio.