martes, 25 de diciembre de 2012

El por qué de la Natividad


Ni la Virgen, ni los santos, ni la Iglesia Apostólica, ni los apóstoles, ni los sacramentos, ni los mártires, ni los que curan enfermedades, ni los profetas, ni la dogmática, ni Lutero, ni el pastor, ni las iglesias, ni el papa y sus ministros, ni la ortodoxia o la heterodoxia, ni los ángeles, ni Kierkegaard o Karl Barth, ni la religión y su opuesto, la Revelación, ni la Sagrada Escritura, ni los milagros, epifanías o apariciones, ni la teología, ni el ejercicio de la piedad y la misericordia, ni la proclamación del Evangelio, ni la espera de la Restauración de todas las cosas... sólo Vos, Jesús de Nazareth, Hijo de Dios, me hacés vivir confiado.

domingo, 16 de diciembre de 2012

¿El aislamiento o el triunfo eclesiástico?

La Scala Paradisi nos provoca rechazo e incomodidad por sus supuestas atribuciones críticas para con el lector. Nosotros, hombres de la actualidad, caídos en un mundo sin theologia, no queremos ni reconvenciones, ni reprimendas, ni sugerencias para alcanzar la ascesis, sólo buscamos lo inmediato, el "efecto", lo interesante, no una treintena de consejos para estar más cerca de Jesucristo. Este extraño y enigmático cuaderno de ascética, escrito por un monje que pasó toda su vida en el aislamiento del desierto, aun puede resultar exagerado para un cristiano actual. Ya anclados cómodamente en el triunfalismo de la Iglesia, sea ésta evangélica, católica u ortodoxa, ya establecidos en el orden político y público de este mundo que hace siglos no nos persigue, no creemos necesitar escaparnos hacia la interioridad y la vida contemplativa, o tan siquiera ejercer en medio de las ciudades la piedad de los anacoretas. Oh Juan Clímaco, muéstrame el camino alternativo, ese que sólo los elegidos, los mártires y los torturados de toda época pueden recorrer.