lunes, 12 de septiembre de 2011

Dumézil o el síndrome de la Microscopía


Georges Dumézil, filólogo y lingüista francés del siglo XX, fue uno de los creadores del estudio en religiones comparadas. Conocía más de doce lenguas, muchas modernas y muchas más antiguas. Un hombre monumental. En él pervivieron los dioses nórdicos y los pueblos escitas, y también la desaparecida Babilonia. Pero su vida, al igual que la del atormentado Kien en Auto de fe, rebasaba los volúmenes y la obsesión por los libros. En esta imagen, de desordenada intimidad, podemos ver a un hombre atestado de cultura e información, pero ¿es posible encontrar a un contemplador que medita? la Academia siempre nos exige incorporar más y más datos, su régimen es la mera acreditación, pero ¿acaso es la gula informacional nuestra finalidad como intelectuales?...

2 comentarios:

  1. Hay muchas finalidades que un intelectual puede cumplir, no sólo una. La tarea intelectual requiere tanto del estudio y la erudición tanto como de la meditación. Son trabajos complementarios. De todos modos, es algo injusto evaluar a un intelectual por una foto, ¿no?

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  2. El talento es siempre una impostación, y esta siempre se refugia en reductos facilmente defendibles; este es el fundamento metafísico y el origen psicológico de la especialización.
    El especialista, aunque talentoso y productivo, no deja por ello de ser plebeyo. En la sociedad, se reasegura una posición que no le corresponde por naturaleza; Desde entonces las cosas irán de mal en peor. Así la nobleza del genio se encontrará siempre en el exilio en medio de los hombres; paramos yermos y hostiles harán las veces de su refugio; y su meditación una plegaria soplando como conciencia en el desierto.

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